¡Hola viajeros! En este post quiero compartir con vosotros un momento muy especial de mi vida, mi luna de miel en Vietnam. Si alguno de vosotros duda sobre si elegir o no este destino para un viaje tan especial, espero que leyéndome os ayude a tomar la decisión. ¡Desde ya os digo que es un destino increíble!
¡Empecemos por el principio! Salimos de Coruña con unas ganas increíbles de llegar a nuestro destino... ¡Vietnam! Volamos con una de las mejores compañías aéreas del mundo, Emirates y lo mejor de todo es que pudimos facturar directamente desde Coruña (nuestra ciudad de origen) ya que Iberia y Emirates pertenecen a la misma Alianza y tienen acuerdo para facturarnos el equipaje directamente a destino y olvidarnos de la maleta. Os recomiendo llevar ropa de abrigo porque tanto en los aviones como en el aeropuerto de Dubai el aire acondicionado está a tope y el contraste es brutal. Después de un primer vuelo cortito a Madrid, un vuelo de 7 hrs de Madrid a Dubai y un último vuelo de Dubai a Hanoi de 6 hrs llegamos a destino. ¿Qué pasada de horas verdad? Pues sí pero como os comenté, volábamos en una de las mejores compañías aéreas de mundo y eso ¡se nota! Cuando salimos del aeropuerto, ya en Hanoi, nos recibe un clima súper caluroso y húmedo. !Empezaba la aventura!
Os podéis imaginar que organicé mi itinerario con todo el cariño del mundo y dejándome siempre aconsejar por uno de nuestros receptivos en destino, del que no puedo hablar más que maravillas porque los servicios y los guías fueron de 10. Tenía claro que al ser mi luna de miel no quería hacer un viaje en grupo y Vietnam es un destino que uno puede plantearse el hacerlo en privado porque las diferencias de precio no son abismales, así que así hicimos mi marido y yo
Quisimos hacer un recorrido un poco atípico, diferente a los itinerarios más comunes, ver más naturaleza y vida local en pequeños pueblecitos que grandes ciudades. Empezamos nuestro viaje con una noche en Hanoi, visitamos el centro en un tuc tuc guiados por nuestro guía local dónde pudimos ver el caótico tráfico. Miles de motos y coches que se cruzaban entre si pasando por donde podían, los peatones intentando cruzar, no respetan las señales de tráfico ... ¡bienvenidos al caos!
Hicimos una primera parada en el mercado del centro de la ciudad donde todo está separado por calles, es decir, la calle de la comida, la calle de la ropa ... etc. Hay muchos puestos callejeros, música en la calle ... ¡Un ambientazo! La vida está en la calle, sobre todo por la noche cuando el calor es más llevadero y aparte de los turistas, los locales se animan a salir también
Primer día en el país y nuestro primer contacto. Agotados después de la boda y las horas de vuelo nos acostamos pronto, además al día siguiente continuábamos hacia Mai Chau y teníamos que estar descansados. En Mai Chau dormimos en un hotel precioso llamado Mai Chau Ecolodge en medio de la naturaleza y muy cerca de varios pueblos. Espectacular.¡Totalmente rodeado de campos de arroz! Qué paz ... Nuestra habitación era preciosa, de dos alturas y lo mejor, ¡con una piscina privada increíble!
Llegamos, dejamos las maletas y nos fuimos a hacer una ruta en bici recorriendo campos de arroz y pueblecitos. Cada uno de ellos parece que está aislado, sin carreteras, solo con caminos de tierra y mpos pero todos con sus pequeñas tiendas de artesanía, comida o ropa. Lo que más nos sorprendió de todos los negocios que había eran las tiendas de karaoke. Había muchísimas. Después nos dimos cuenta del por qué y es que en Vietnam ... ¡Son fanáticos del karaoke!
En el paseo vimos el día a día de la gente, sus trabajos, sus bodas (que hay cualquier día, a cualquier hora), los innumerables campos de arroz y la naturaleza que nos rodeaba, que de verdad era increíble ... Una recomendación que os hago es que os acordéis de meter en la maleta un chubasquero que os cubra bien y llevarlo siempre con vosotros porque al ser un país con clima tropical puede llover (y con bastantes ganas) en cualquier momento. Eso sí, al ratito sale el sol. Os lo digo porque nos pasó durante nuestro paseo. Por suerte íbamos bien equipados
Una vez de vuelta en el hotel, cansados del paseo, nuestra piscina de la villa nos esperaba, genial para relajarnos. El hotel, además de tener una piscina privada en cada villa también tiene la piscina común que es súper agradable. Cenamos y después espectáculo de bailes típicos en la piscina. Un plazano verlo mientras te tomas algo en el pool bar
Al día siguiente continuamos itinerario hacia Ning Binh. Algo que hay que tener en cuenta es que en Vietnam como en otros muchos destinos no tan urbanitas, las carreteras no son las mejores y 100 km te puede llevar tranquilamente 3 horas así que hay tomárselo con calma mientras disfrutas de los paisajes
Llegamos a Ninh Binh y fuimos directos a subir el monte Mua antes de pasar por nuestro hotel. Nuestro guía se encargaba de dejar el equipaje a buen recaudo. Ninh Binh está rodeado de un parque con un lago y muchas flores de loto. Todo un espectáculo para la vista. Muy bonito y cuidado. Subimos con mucha calma porque son un montón de escaleras muy empinadas y el calor es considerable así que poquito a poco llegamos a la meta y ¡vaya vistas! Desde luego el esfuerzo merece muchísimo la pena. Desde arriba se ve todo el valle, el mar.... ¡precioso! No hay nada de contaminación, un montón de coloridas mariposas enormes ... El guía nos dijo que “ dónde no hay nada de contaminación es a dónde van las mariposas” y claramente es así porque estaba todo llenito de ellas ¡Naturaleza pura! Después de disfrutar de las vistas nos fuimos a dar un paseo en barca por Tam Coc. Un paseo realmente agradable. Siempre rodeados de naturaleza, montañas con diferentes formas, cuevas ... todo sinónimo de paz y relax
A última hora de la tarde nos fuimos por nuestra cuenta a explorar el pueblo. Tam Coc es pequeño pero tiene un poco de todo: bares, restaurantes, tiendas... es bastante turístico aunque no sentimos ningún agobio de gente. Como está muy bien visto el regateo allá nos fuimos a conseguir ''chollos''
Al día siguiente salimos dirección hacia la famosa Bahía de Halong. Teníamos muchísimas ganas de vivir esa experiencia y de dormir en medio de la Bahia rodeados de las montañas más bonitas. Desde luego, no nos defraudó
Llegamos al puerto y tras esperar a que se juntase todo el pasaje, subimos con nuestro guía en una barca lanzadera que nos llevaría al barco. Antes de subir nos despedimos de él y continuamos el itinerario por la Bahía. En el barco hay guía pero es exclusivamente en inglés. Tienes la opción de pagarle el billete a tu guía y que haga el viaje contigo pero en Vietnam no hablan un inglés tan bueno que no te permita más o menos entenderles aunque no tengas ni idea del idioma
El camarote del barco es perfecto para descansar una noche; no es muy grande pero todos vistas al mar (no hay camarotes interiores) con baño privado, minibar ...
Empezamos a navegar y al rato sirvieron la comida y tengo que decir que la más rica de todo el viaje para mi pero también es cierto que yo soy un poco especial con la comida, no como carne y la comida asiática no me encanta (lo pasé un poco mal por eso). No había mucha comida que me pareciera rica ni que la disfrutara, pero siempre hay arroz, verdura, fideos, pez de río y fui apañando. Eso sí, si te gusta la carne tendrás mil opciones, ¡hay de todo tipo! Mi marido, ¡él sí que disfrutó con la comida!
Después de comer salimos en la barca lanzadera para visitar una cueva que daba a una playa pequeña ¡muy bonita! Fue mi primer contacto con el agua vietnamita y la verdad es que ¡aluciné con lo calentita que estaba! ¡Qué maravilla! Esta excursión te permite nadar con calma y disfrutar del agua, puedes relajarte en la cubierta y terminar viendo la puesta de sol. Un momento increíble e inolvidable
A bordo del barco también se ofrecen actividades (incluidas) como cocina, pesca del calamar, yoga al amanecer... es decir, que estás muy entretenido todo el rato
Navegar rodeados de esa paz es una de las mejores experiencias de mi vida. Sin prisas, sin agobios, solo tú y la naturaleza
Al día siguiente antes de desembarcar dimos otro paseo por las aldeas que hay en la bahía. Gente que tiene sus casas sobre el mar, con sus perros, sus barcas para ir a pescar, puedes ver como preparan todo para su día a día, escuchan música y tan felices. Nosotros que venimos de una vida con estrés, ruidos, prisas ... Parece increíble que haya gente que vida así y se vean tan sumamente felices. Es uno de los grandes contrastes que notarás en tu viaje a Vietnam, desde luego
De la Bahía de Halong, volvimos a Hanoi a hacer noche antes de volar al día siguiente a Hoi An. Y aqui quiero contaros otra experiencia y la importancia de viajar siempre asegurados. En el camino me empecé a encontrar mal. Al llegar fuimos a descansar un rato al hotel, pero no quería estar en Vietnam y pasarme el tiempo en la cama, por lo que me levanté y nos fuimos a dar una vuelta al centro. Era fin de semana y los sábados hay actuaciones en directo, mercados nocturnos, mucho ambiente. No pudimos recorrerlo todo porque me encontraba francamente mal así que fuimos a buscar una farmacia para comprar un termómetro que me reveló que tenía 39 de fiebre y aproveché para comprar Paracetamol. Lo que me llamó mucho la atención es que allí no te venden las cajas de medicamenos como aquí en España, sino pastilla a pastilla, pudiendo comprar como máximo cuatro
Al día siguiente seguía igual con fiebre, pero teníamos la visita del mausoleo de Ho Chi Minh y un vuelo a Da Nang así que aguanté como pude y al llegar a Da Nang y de camino a Hoi An llamé a mi seguro. En el camino a Hoi An, aunos 40 minutos de haber llamado al seguro, ya tenía la carta de pago en mi email y dos llamadas del seguro que me indicaban que podía ir al hospital en cuanto llegara, eso hice y en dos horas desde que llamé ya estaba en el hotel, muy bien atendida y con mi medicina. Por cierto, os recomiendo viajar siempre con una tarjeta de datos. En Viajes Embajador podemos conseguíroslas y salís de la agencia ya con ella para vuestro viaje
Después de descansar un poco y encontrándome mejor me vi con fuerzas para recorrer la bonita ciudad de Hoi An. Qué gran ambiente tiene esta ciudad, qué paseos nocturnos tan bonitos dimos por el río, donde todas las barquitas van con farolillos de colores. Hay muchísimos restaurantes y bares al lado del río para que puedas cenar en la terraza con vistas. Otra gran experiencia
Al día siguiente hicimos otra ruta en bici con nuestra guía que nos atendía en Hoi An y que nos enseñó los pueblecitos rurales de las afueras de la ciudad donde hicimos parada en varias casas en las que hacían artesania y en donde te dejaban interacturar y hacer tu propia artesanía o el pan de arroz, alfombras de bambú, cestas. Todo hecho a mano y por supuesto otra gran experiencia a sumar
Hoi An me impresionó y desde luego lo considero visita obligada
Nuestro viaje estaba llegando a su fin pero todavía nos quedaba la extensión a la isla de Phu Quoc. El maravilloso broche final a un viaje increíble y lleno de contrastes. Aunque en Vietnam hay zonas de playa que nos quedaban más cerca, buscábamos algo exclusivo y Phu Quoc era justo lo que estábamos buscando
Esta extensión os la recomiendo si lo que queréis es descansar unos días al final del viaje y disfrutar de la playa y el relax porque no es que tenga muchas más cosas que hacer o que ver. Tiene un mercado nocturno que sí merece la pena visitar y el centro de la ciudad pero nada más. Eso sí, tiene unas de las playas más espectaculares que he visto en mi vida. Una de las mas bonitas es Sao Beach. Merece la pena acercaros a ella un día.
La playa privada de nuestro hotel, Green Bay Phu Quoc, era perfecta. Pequeña, sin apenas gente, tumbonas y sombrillas disponibles para todo el mundo y con la piscina del hotel y el bar justo al lado. Aguas color esmeralda y templada; estábamos felices con la buena elección final que hicimos
Nuestra villa en el hotel era enorme y preciosa, con una gran terraza con piscina, jacuzzi, ducha exterior... vamos, que no le faltaba detalle. Cada día nos dejaban algun detallito en la habitación (chocolate, flores ...) y el personal no podía ser mas amable. La verdad es que la amabilidad de la gente en Vietnam es a destacar. Se desviven por que te sientas a gusto. En el hotel hay buggies para desplazarte por el complejo lo que hace que sea muy fácil y cómodo trasladarse de un lado a otro y los restaurantes en playa, impresionantes.
Repito que Phu Quoc es la extensión perfecta de playa si lo que quereis es relax y vivir en un paraíso durante unos días sin cantidad de gente por todos los lados. Es quizás un poco más complicado llegar porque implica tener que coger algún vuelo de más pero definitivamente vale la pena
¡Pues qué deciros de mi Luna de Miel en Vietnam! Que es un país lleno de contrastes. Naturaleza, ciudades caóticas, tráfico, carreteras serpenteantes, pero también donde vais a encontrar paz, paraísos, calma, la amabilidad de su gente, otra cultura y otra religión, diferentes olores, mercados y playas increíbles... Si me preguntáis ... ¿recomiendas este destino para una Luna de Miel? ¡100% SÍ!
Texto por Lourdes Lamela
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